Porque el amor no entiende de sexo, género, edad ni condición. Porque es el único bien universal que siempre, y absolutamente siempre, GANA. Frente a todos, frente a todo. El amor grita fuerte y se adelanta a cualquier adversidad o complicación. El amor siempre es la mejor salvación. Y poner voz a amores que reivindican la igualdad y el derecho libre a amar a quien te nazca del corazón me gusta, si cabe, todavía más. Porque amar a una persona del mismo sexo no necesita una voz que grite más que el resto. Amar a una persona del mismo sexo necesita respeto, cariño y la misma luz que cualquier tipo de relación. Ya sea entre un árbol y su hoja; entre un pájaro y su ala o entre un pimiento y un albaricoque.
Qué más da a quien ames si lo haces entregadx y a ciegas.
Sergi y Álex se casaron felices y seguros de ser el uno del otro. Y yo también segura de ser una de las parejas a las que más cariño guardo. Y no por ser dos hombres, sino por ser dos personas excepcionales y llenas de valores que ojalá el mundo se apuntase como suyas.